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El truco de los mecánicos para saber cuánto va a durar la reserva de tu coche

Reserva del coche

Una de las preocupaciones más habitual para cualquier conductor es quedarse sin gasolina en mitad del camino. Este miedo es más frecuente de lo que parece, especialmente cuando se enciende el indicador de reserva y decides seguir conduciendo en lugar de pararte a repostar en la siguiente estación de servicio, confiando en que el vehículo aguantará sin problemas unos kilómetros más. Pero, ¿realmente cuánto tiempo o distancia puede durar la reserva del coche?

No existe una regla fija o una ley que determine esto, ya que depende de varios factores como el tipo de vehículo, la capacidad del depósito y el consumo medio. Sin embargo, existe una regla práctica muy extendida que se suele usar para calcular cuánto combustible queda y, por ende, cuánto tiempo o distancia más se puede circular con el aviso encendido.

¿Cuánto tiempo puedes circular con la reserva del coche?

En términos generales, los fabricantes diseñan los depósitos de combustible dejando un margen de reserva que suele representar alrededor del 10% de la capacidad total. Esto significa que cuando se enciende el testigo de reserva, en realidad te queda cerca de un 10% del combustible para seguir circulando. Esta cantidad no es casual ni arbitraria, ya que está pensada para dar tiempo suficiente para llegar a la gasolinera más cercana sin quedarte tirado.

Para que te hagas una idea más clara, imagina un depósito de 50 litros. Teniendo en cuenta la regla del 10%, cuando se active la reserva, te quedarán aproximadamente 5 litros para moverte. Ahora bien, ¿cuánto es eso en kilómetros? Depende del consumo de tu vehículo. Si tu coche consume, por ejemplo, 6 litros cada 100 kilómetros, esos 5 litros de reserva te permitirán recorrer alrededor de 80 kilómetros.

Esta distancia puede variar según si conduces en ciudad, en carretera, con aire acondicionado, o con el coche cargado. Lo importante es entender que esta reserva es una especie de colchón que te da un margen para buscar una estación de servicio, pero no para confiarte y seguir conduciendo por mucho más tiempo.

Consejos prácticos

Para evitar quedarte sin combustible y, al mismo tiempo, cuidar el buen estado de tu vehículo, es fundamental adoptar algunos hábitos simples pero efectivos. En primer lugar, no esperes a que se encienda la luz de reserva para repostar. Lo más recomendable es llenar el depósito cuando el nivel llegue a un cuarto o un tercio de la capacidad total, así evitas situaciones de estrés y reduces el riesgo de quedarte tirado en el camino.

También es útil revisar con anticipación la ruta que vas a seguir, localizando las estaciones de servicio cercanas, sobre todo si vas a conducir por zonas donde las gasolineras son escasas. Evitar velocidades excesivas cuando circulas con poca gasolina también ayuda a alargar la autonomía y a reducir el desgaste del motor.

Por qué no es recomendable apurarla

Aunque a veces puede parecer tentador aprovechar hasta el último litro de gasolina para seguir conduciendo, especialmente cuando no hay una estación de servicio cerca o simplemente por ahorrar, esta práctica puede traer más problemas de los que parece. Tal y como explican los mecánicos, apurar la reserva es un hábito que puede afectar negativamente la salud y el rendimiento de tu vehículo a medio y largo plazo.

Uno de los motivos más importantes para evitar conducir con la reserva encendida es la acumulación de suciedad y residuos dentro del depósito. Con el uso, el interior acumula partículas de polvo, restos de óxido y otros sedimentos que se depositan en el fondo. Cuando el depósito está lleno, estos residuos se quedan asentados sin moverse demasiado. Sin embargo, cuando el combustible baja mucho, al apurar la reserva, la bomba empieza a aspirar justo de esa zona donde están concentrados los residuos.

Este fenómeno puede generar problemas graves para el sistema de alimentación del vehículo. Las impurezas que entran en contacto con la bomba y el filtro de combustible pueden acabar obstruyéndolos, reduciendo la eficiencia y causando fallos mecánicos. En casos más graves, estas partículas pueden llegar hasta los inyectores o la bomba de alta presión. Estas averías no sólo afectan el rendimiento del motor, sino que también pueden traducirse en un gasto elevado en mantenimiento y reparaciones.

Además, conducir con el depósito casi vacío puede sobrecalentar la bomba de combustible, que normalmente se enfría gracias al propio combustible que la rodea. Al funcionar sin suficiente líquido, la bomba se puede desgastar prematuramente o incluso romperse. Por todas estas razones, los expertos y fabricantes aconsejan repostar antes de que se active la luz de reserva. No sólo evitarás quedarte parado en mitad de la carretera, sino que también estarás protegiendo el motor y los componentes relacionados con el sistema de combustible.

En definitiva, aunque la reserva está diseñada para darte un margen de seguridad en situaciones de emergencia, confiar en ella como norma habitual no es una práctica recomendada. Cuidar tu vehículo implica también anticiparse a estos avisos y evitar riesgos innecesarios.

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